24 DE MARZO (I): DÍA DEL NO ACATAMIENTO
Si hablamos desde el discurso de las ciencias sociales, es usual que comencemos por aclarar el uso común de ciertas expresiones. O bien que partamos de los dichos de la "calle" para resignificar los enunciados y encontrar un relato nuevo con otros sentidos.
Dentro de esos "usos comunes" es interesante constatar que las portadas de los medios periodísticos suelen reproducir el sentido común de una determinada clase social o bien de un sector con una identidad política claramente definida. Por ejemplo, la portada del Diario Ámbito Financiero del lunes 24 de marzo de 2014:
Fíjense que se nos acusa de "irracionales", "desacatados" y "salvajes" Finalmente, concluyen aclamando "la brecha con la privada".
Pero: ¿acaso no se trata del efecto social buscado? ¿A quiénes, si no a los editores del Ámbito Financiero, conviene la segregación educativa? En estos momentos, en las escuelas públicas se estarán abriendo las matrículas para incorporar a todos los estudiantes que fracasaron en las mesas de previas de los colegios privados y fueron automáticamente echados, porque ese distinguido circuito elitista jamás permitirá dentro de su comunidad a los "repetidores". El circuito privado es eminentemente excluyente, mientras el circuito público está obligado a ser inclusivo y, además, a brindar educación con calidad para todos, en especial para aquellos que "no quieren estar en la escuela" Entonces, para llevar adelante semejante misión: ¿con cuántos recursos debemos contar? Si nos detenemos a reflexionar un momento, llegaremos a la conclusión de que el mandato que nos conmina a cumplir nuestro deber estatutario en una escuela pública es imposible de cumplir: no en las condiciones de diferenciación y segregación al mismo interior del circuito de escuelas públicas; no con los salarios actuales; no en las condiciones edilicias de hoy; no con el nivel de violencia intrafamiliar que conmueve cotidianamente el espacio áulico.
¿Algo más para agregar?: sí, que los docentes de los colegios privados no pueden parar porque no gozan de derechos sindicales. De lo contrario, la mayoría pararía con nosotros. Invitamos a los colegas "privados" a que rompan con el miedo y dejen oir su flexibilizada voz.
Dentro de esos "usos comunes" es interesante constatar que las portadas de los medios periodísticos suelen reproducir el sentido común de una determinada clase social o bien de un sector con una identidad política claramente definida. Por ejemplo, la portada del Diario Ámbito Financiero del lunes 24 de marzo de 2014:Fíjense que se nos acusa de "irracionales", "desacatados" y "salvajes" Finalmente, concluyen aclamando "la brecha con la privada".
Pero: ¿acaso no se trata del efecto social buscado? ¿A quiénes, si no a los editores del Ámbito Financiero, conviene la segregación educativa? En estos momentos, en las escuelas públicas se estarán abriendo las matrículas para incorporar a todos los estudiantes que fracasaron en las mesas de previas de los colegios privados y fueron automáticamente echados, porque ese distinguido circuito elitista jamás permitirá dentro de su comunidad a los "repetidores". El circuito privado es eminentemente excluyente, mientras el circuito público está obligado a ser inclusivo y, además, a brindar educación con calidad para todos, en especial para aquellos que "no quieren estar en la escuela" Entonces, para llevar adelante semejante misión: ¿con cuántos recursos debemos contar? Si nos detenemos a reflexionar un momento, llegaremos a la conclusión de que el mandato que nos conmina a cumplir nuestro deber estatutario en una escuela pública es imposible de cumplir: no en las condiciones de diferenciación y segregación al mismo interior del circuito de escuelas públicas; no con los salarios actuales; no en las condiciones edilicias de hoy; no con el nivel de violencia intrafamiliar que conmueve cotidianamente el espacio áulico.
¿Algo más para agregar?: sí, que los docentes de los colegios privados no pueden parar porque no gozan de derechos sindicales. De lo contrario, la mayoría pararía con nosotros. Invitamos a los colegas "privados" a que rompan con el miedo y dejen oir su flexibilizada voz.
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